¿Quién recuerda los 50’s?
Me rasco la cabeza y me pregunto ¿será que ya los olvidaron?.
Y me contesto a mí mismo, ¡pues no!...El siglo XXI, ve renacer películas que en mi época fueron el sueño, el delirio y asombro de lo que la imaginación humana puede crear.
Van algunos ejemplos, La cosa del otro mundo (1951) en pleno auge western, o El día que paralizaron la Tierra (1951) con la participación de Gor, el robot que sólo se detiene diciéndole “klatuu barda nikto” y que decir de La guerra de los mundos (1953) la de Byron Haskin, ya a colores y con Oscar por si fuera poco.
Por esos días, aquí en mi familia era común escuchar de telenovelas y programas musicales ¡Auch! .
A los adultos que yo conocí no les gustaban este tipo de propuestas cinematográficas, y pues ni modo. Pero, en la escuela y con los cuates, las recordábamos constantemente e incluso las llegamos a adaptar a nuestros juegos. Si mi memoria no me es infiel, en El mundo en peligro (1954) la radiación atómica ya era nuestra enemiga. Que tal, en Más allá de la Tierra (1955) algunos científicos humanos son secuestrados (pedidos en préstamo) por una raza extraterrestre para salvar su planeta. Y por fin, la humanidad conoce al terrible Godzilla (1956), pinche lagartijota tremenda, rey de los monstros, y además destructor del pequeño Tokio. Y del otro lado del charco, se presentan Los Usurpadores de cuerpos (1956) con notable suspenso y casi sin efectos especiales y, Planeta prohibido (1956) la neta ahí no voy porque no quiero ir. Y por último, y no tratándose de mí que tal El Hombre increíble (1957) con un trasfondo filosófico muy recomendable para muchos que conozco.
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